Enseña a tu hijo a ¡confiar en si mismo!
El niño no nace con confianza en sí mismo. Son los padres que a través de sus actitudes alentadoras, siembran esa semilla de confianza y lo ayudan a cultivarla.
Confiar es una palabra corta y sencilla pero difícil de poner en práctica. Hay personas que, como dicen vulgarmente, “desconfían hasta de su sombra.” Estas personas viven cuidándose las espaldas, y creen que el mundo es malo. Piensan que todos quieren aprovecharse de ellos, o por lo menos sacarles ventaja de alguna manera.
El problema de vivir con desconfianza, es que, entonces, la vida les corresponder y les brinda todo tipo de sinsabores. Al esperar lo peor, ¡reciben lo peor!
La desconfianza bien puede ser resultado de heridas pasadas que los han afectado y marcado. Vale preguntarse, ¿Por qué es importante confiar, y cómo afecta al hijo vivir en un ambiente de desconfianza?
El niño no nace con confianza en sí mismo. Son los padres y los adultos que a través de sus actitudes alentadoras, siembran esa semilla de confianza y lo ayudan a cultivarla.
El niño ve a los padres como dioses, así que, de manera inconsciente, concluye, “Si mis padres que todo lo saben, confían en mí, ¡yo debo ser digno de confianza!” El papel de los padres y los maestros es, por lo tanto, primordial, pues de ellos va a depender que esta confianza en si mismo, germine o muera.
Esta confianza le permite al hijo estar bien parado en la vida; lo sostiene en momentos difíciles y lo anima a insistir cuando le cierran las puertas.
Al confiar, se atreve a soñar, a buscar oportunidades, a tener aspiraciones. Tiene la calma y la paciencia para esperar y recibir lo que sabe que merece: amor, alegría, abundancia, felicidad. Todo ser humano merece esto, pero no todos están convencidos de que así sea.
Enseña a tu hijo a enviar un mensaje a la vida lleno de confianza de que todo lo bueno le pertenece, para que la vida le corresponda otorgándole con abundancia. Así le ayudarás a crearse ¡la mejor de las realidades! ¿Quién no desea esto para su hijo?
