Cuando el padre compite con el hijo

Cuando no apruebas a tu hijo, lo dejas con hambre, hambre que pide escuchar para saciarse, «Hijo, estoy orgulloso de ti, no necesitas hacer nada para ganarte mi amor. Te quiero ¡gratis!»

Hay padres que piensan equivocadamente que si reconocen los logros de su hijo en vez de alentarlo, lo volverán conformista. Esta actitud es especialmente común entre el padre y el hijo varón. Este padre justifica su actitud diciendo que no quiere que se duerma en sus laureles y que lo está motivando para que se siga esforzando. Atrás de esta actitud hay orgullo y un sentido de competitividad hacia el hijo. Como el avaro que no quiere compartir su riqueza, el padre se niega a darle al hijo algo que para él es vital: su aprobación.

Como el caso de un niño de 9 años que por fin logra pasar el examen de matemáticas y corre emocionado a decirle, ¡Papá, papá! ¡Pasé matemáticas, pasé matemáticas! El padre toma el examen en sus manos y sin emoción alguna le dice, Para estar tan feliz, por lo menos te hubieras sacado un 8. La cara llena de expectación del hijo se transforma en clara desilusión.

Me gusta decir, en broma, que si este niño logra sacar el 8 de calificación que pide, el padre entonces exigirá el 10. Y si consigue el 10, le dirá, Y la beca, hijo, ¿dónde está la beca? Haga lo que haga, el padre nunca estará satisfecho. Su aprobación se convierte en algo inalcanzable, en una ilusión que nunca se realizará.

Este padre podrá pensar que lo está estimulando para que siga esforzándose, pero desgraciadamente no se da cuenta que está dejándolo con un hueco, un vacío significativo a nivel emocional. Que este hijo necesita de su reconocimiento para saber que lo que está logrando, es algo importante. Que va por buen camino. Que su padre lo quiere y está orgulloso de él. Este reconocimiento es como la brújula que guía los esfuerzos del hijo en la dirección correcta.

Cuando no lo reconoces, lo dejas con hambre, hambre de padre, hambre de madre. Hambre que pide escuchar para saciarse, Hijo, estoy orgulloso de ti, no necesitas hacer nada para ganarte mi amor. Para mí tu eres perfecto tal y como eres.

La aprobación de los padres es una probada de éxito para el hijo. Porque está recibiendo el reconocimiento de su esfuerzo de la personas más importantes en su vida. Así, cuando crece, sus logros irán siempre asociados con ese delicioso sabor que tiene la satisfacción y el placer de conseguir lo que quiere.

Si deseas que tu hijo no sólo sea exitoso sino que pueda gozar de sus éxitos, necesitas alentarlo, ser ese apoyo invisible pero siempre presente que lo ayuda en momentos difíciles, y los reconoce cuando consigue lo que se propone.

 

 

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