Cómo poner límites claros en esta contingencia,
para asegurar relaciones familiares sanas
Cuando surgen fricciones entre padres e hijos y cada quien se retira por un tiempo, ya sea a la escuela o al trabajo, esas horas de separación permiten que se recuperen emocionalmente. Es decir, cuando se reencuentran lo hacen con gusto. ¡El mal rato ha quedado olvidado!
A estos espacios y pausas en las relaciones donde nos distraemos y olvidamos los desacuerdos, discusiones, malas caras, etc. me gusta llamarlos amortiguadores.
La contingencia nos hizo perder estos amortiguadores naturales. Nos obligo a estar confinados en espacios reducidos por mucho tiempo y lo que se inicio como una pequeña fricción, escalo convirtiéndose en un conflicto. Esto termina dañando las relaciones entre la pareja y con los hijos.
En mi libro «Disciplina con amor tus emociones» conocerás los tipos de temperamento que existen, sabrás identificar el tuyo y aprenderás cómo manejar tus emociones de acuerdo con la situación que se te presente, ¡si te conoces mejor sabrás como reaccionar eficazmente ante situaciones de crisis!