Confía en tu hijo para que ¡crea en sí mismo!

Conviértete en el fertilizante y planta la semilla de autoconfianza que le permitirá a tu hijo creer en si mismo. Entonces le estarás dando el apoyo y aliciente para crecer y desarrollar ¡todo su potencial!

Sofía fue elegida para dar unas palabras de agradecimiento en nombre de sus compañeros al graduarse de secundaria. Su madre, algo nerviosa, le comentó a su hermana, “No entiendo, apenas el año pasado tenía malas calificaciones y me decían que era una floja y este año tiene el primer lugar. No comprendo cómo ocurrió el cambio”.

La respuesta es muy sencilla. La maestra de tercero de secundaria tenía confianza en ella. La alentó y Sofía reveló sus mejores cualidades.

La confianza que los padres y maestros tienen en sus hijos y sus alumnos es el fertilizante que permite que florezcan aquellas partes que de otra manera podrían permanecer ocultas. Porque los niños no nacen con autoconfianza, sino que la van construyendo a partir de la imagen de si mismos que se van creando a través de lo que escuchan de las personas significativas de su vida. Su apoyo les da un empujón cuando están titubeantes, inseguros o escépticos y les confirman que son capaces de alcanzar lo que pudiera parecerles imposible. Esta confianza los sostiene, no para que no se equivoquen, sino para que se atrevan y aspiren a crecer y ser más.

Así que si alguna vez le has dicho a tu hijo, Ya te perdí la confianza, te invito a reflexionar. Porque probablemente estás pidiendo que sea perfecto, y en el momento en que se equivoca, le pierdes la confianza. Pero decirle esto es darle una estocada. Es quitarle un sostén muy importante y lo dejas tambaleante. Tu hijo entonces piensa, Si mis padres, que son mis dioses, que todo lo saben y todo lo pueden, no confían en mi, seguramente es por que no soy digno de confianza. De esta manera matas la fuente de su autoconfianza.

Después te sorprenderá que en vez de mejorar, empeore su comportamiento, pero sólo está correspondiendo a lo que cree que son tus expectativas. Cuando esperas lo peor, ¡recibes lo peor! Estás cumpliendo, así, ¡tu propia profecía!

La confianza que le tienes a tu hijo está ligada al amor que sientes por él y al reconocimiento de su valor como ser humano. Tienes confianza porque eres capaz de ver a futuro lo que tu hijo puede llegar a ser, al mismo tiempo que aceptas dónde se encuentra en este momento.

Esta es la gran paradoja cuando educas: apreciar el lugar limitado en que se encuentra tu hijo hoy, al mismo tiempo que vislumbras hasta dónde es capaz de llegar el día de mañana. Este hijo está creciendo y necesita aprender a través de experimentar, probar y equivocarse, pero tienes que ver más allá de sus presentes limitaciones para descubrir su potencial. La confianza que le tienes permite que esta parte oculta empiece a develarse.

Así que, conviértete en el fertilizante y planta la semilla de autoconfianza que le permitirá a tu hijo creer en si mismo. Entonces le estarás dando el apoyo y aliciente para crecer y desarrollar ¡todo su potencial!

 

 

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